sábado, 13 de enero de 2018

El asesinato selectivo ha sido el "patrón salvaje" de la ultraderecha venezolana

El asesinato selectivo contra dirigentes políticos ha sido el prontuario de los sectores derechistas más radicales en Venezuela, como lo evidencian los homicidios de Danilo Ánderson, Eliécer Otaiza y Robert Serra, cuyo "patrón salvaje" nuevamente se pone en práctica con el asesinato de constituyente por el estado Trujillo Tomás Lucena.

Una de las causas probables de su asesinato, señaló este miércoles el ministro para la Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, es el sicariato político, y en nombre del Gobierno Nacional exigió a los cuerpos de seguridad y organismos de justicia la investigación del incidente.

Rodríguez, en transmisión de Venezolana de Televisión, expresó que quizás "su amor y llamado a la paz", recibido por un pueblo que prefirió atravesar montañas para elegir a los
constituyentes "más allá de la violencia, del cierre de calles, de la quema de personas vivas, de la persecución con balas", haya sido la causa de su asesinato.

Desde el triunfo de la Revolución Bolivariana en 1999, grupos radicales opositores apuestan constantemente al terror como estrategia política, como ocurrió el 11 de abril de 2002, cuando fueron asesinados 19 venezolanos y decenas de heridos con el fin de generar la ruptura constitucional y justificar el golpe de Estado.

La noche del 18 de noviembre de 2004, en la urbanización Los Chaguaramos, en Caracas, fue asesinado el fiscal Danilo Ánderson luego que colocaran un explosivo C4 en su vehículo para hacerlo estallar en pleno tránsito y como arrojaron las investigaciones se determinó que fue por causas políticas.

El crimen, que conmovió al país, tanto por la muerte del joven fiscal como por el uso de explosivos especializados, buscó detener la pesquisa de Ánderson en los casos del golpe del 11A y el sabotaje petrolero (2002-2003).

Autores intelectuales e implicados en este acto terrorista fueron condenados por la justicia y otros, como José Guevara y la periodista Patricia Poleo, con orden de captura activa, se encuentran en Miami, Estados Unidos, donde son protegidos por los servicios de inteligencia.

El 28 de abril de 2014, en el estado Miranda, a las afueras de Caracas, fue hallado líder revolucionario e histórico miembro del MBR 200 Eliécer Otaiza, para entonces presidente de la Cámara Municipal de Caracas, quien fue asesinado por cuatro disparos, luego de ser torturado por sus victimarios.

Cinco meses después, el 1º de octubre de 2014, con el mismo modo de acción, fue asesinado otro dirigente chavista, el joven diputado Robert Serra, junto a su asistente María Herrera, por un grupo de delincuentes que entraron a su vivienda en La Pastora, al oeste de Caracas, y lo asesinaron a puñaladas luego de torturarlo.

Léiver Padilla Mendoza, alias "El Colombia", paramilitar determinado como autor intelectual y uno de los autores materiales de los asesinatos, resultó vinculado con grupos de la extrema derecha que opera desde Colombia y Estados Unidos contra el Gobierno venezolano.

Las características de las muertes han sido calificadas como un patrón que forma parte de una agenda violenta para promover terror y desestabilización, al igual que la violencia de calle llamada "guarimba" que con el plan golpista "La Salida", promovió por Leopoldo López en 2014, con un saldo de 43 muertos y más de 800 heridos.

Dos años después, fue asesinado por unos sicarios el alcalde del municipio La Ceiba del estado Trujillo, Marco Tulio Carrillo. "Esto forma parte de la guerra no convencional que estamos enfrentando no desde ahora, sino desde hace muchos años", denunció Maduro en abril de 2016.

Como parte esa agenda desestabilizadora desde abril hasta julio de 2017, grupos de extrema derecha ejecutaron un plan sedicioso que alcanzó 4.439 acciones violentas, las cuales dejaron un saldo de 124 personas muertas, mientras que 1.958 resultaron heridas, entre ellas 73 funcionarios lesionados con armas de fuego.

La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), por iniciativa del presidente Maduro, detuvo esta sedición que buscaba derrocar su gobierno; sin embargo, la denuncia hecha este miércoles por el ministro Rodríguez, sobre los planes que tiene el partido de ultraderecha Voluntad Popular de promover de nuevo acciones vandálicas de calle, muestran nuevamente el patrón continuo y latente de la violencia como expresión política en la derecha venezolana.

AVN

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